El Castillo de Bran, en Rumania
Por excelencia, el mejor destino dentro de esta extravagante clasificación que acabamos de inventar es el castillo del emperador Vlad Ţepeş de Wallachia, imperio otomano, hoy parte de Rumania. ¿Te preguntas por qué? Pues porque el conde Vlad Ţepeş sirvió de inspiración para el personaje del Conde Drácula en la novela gótica homónima del irlandés Bram Stoker, debido a la popular leyenda que envuelve al emperador, quien fue un sujeto de lo más particular afecto a la sangre, la violencia y la tortura.
El Castillo de Bran hoy ofrece un Museo de Drácula para visitar y su aspecto siniestro, sumado no sólo al peso de la leyenda sino a los increíbles hechos de sangre que realmente sucedieron allí, hace de este el destino por antonomasia para los amantes de la ficción sobre vampiros. Si eres un amante de la literatura vampiresca, ya no tengo que hablar más sobre la figura que inspiró al gran Stoker, pero en fin, entonces no puedes quedarte sin conocer este mágico lugar.
Murciélagos vampiros, en Costa Rica
Las leyendas folclóricas referentes a estos curiosos animales que realmente se alimentan de sangre (aunque sobre todo de animales, obvio), también se mencionan como parte de la influencia que inspiró a Stoker en su máxima creación. El irlandés se inspiró en el comportamiento alimenticio de estos animales para su famosa novela y en Costa Rica hay numerosas cuevas en las que se los puede observar, además de parques nacionales como Santa Rosa y Corcovado.
El Musée Des Vampires, en Francia
Cuando pienso en los vampiros y trato de ubicarlos en mi imaginación, inmediatamente pienso en paisajes franceses. Mucho de ello tiene que ver con quien es la mejor escritora de estas ficciones literarias de los últimos tiempos: Anne Rice, pues en las novelas de Rice, Lestat, el protagonista de sus maravillosas Crónicas vampíricas, es de origen francés y muchos momentos realmente sublimes se desarrollan en Francia.
Justamente en Francia, en el distrito Les Lilas de París, hay un museo muy particular llamado Musée des Vampires. Por supuesto, el mismo está exclusivamente dedicado a los vampiros y se accede únicamente pidiendo una cita, lo cual le da un toque misterioso de lo más original. Una vez dentro, el visitante se encontrará con una despampanante colección de material relacionado con vampiros: libros, fotografías, modelos, disfraces, armas, máscaras y todo tipo de parafernalia sobre la temática, además de un siniestro jardín de un fantástico arte gótico en la parte posterior.
Forks, en Washington, Estados Unidos
En oportunidades anteriores ya hemos hablado de este pequeño pueblo que resulta tan relevante para los más principiantes, aquellos que recién se adentran a la literatura vampírica, ya que es el lugar que la escritora Stephenie Meyer eligió para ubicar su secuela de novelas adolescentes. Una visita al pueblo de Forks te permitirá encontrar todo tipo de elementos relacionados con las novelas, los vampiros y los personajes de la saga de Crepúsculo.
Tour de vampiros en San Francisco, Estados Unidos
Todos los viernes y domingos por la noche puedes asistir a este particular tour en que se recrea un recorrido ficticio por las áreas sobre los túneles en que supuestamente vive una comunidad de vampiros. Lo más curioso es que el tour es guiado por una mujer vestida como “Mina Harker”, una de las protagonistas de Dracula, representando a una vampiresa de 127 años que duerme de día en la iglesia de Nob Hill.
Fuente: http://www.nuestrorumbo.com
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