1. Se trata de disfrutar la vida soleada de San Diego.
Llegamos al punto de partida de nuestro
recorrido por la costa oeste de los Estados Unidos, estamos en la bella
ciudad de San Diego, California. Frontera con la ciudad de Tijuana, a
esta ciudad se le conoce por ser uno de los destinos más soleados de
este Estado, es más hasta ha sido considerada “como el clima
perfecto”. Pero sobre todo, ofrece una interminable variedad de
actividades, atractivos y diversión. Son 112 kilómetros de playas,
bahías, majestuosas cordilleras y un desierto fascinante. Seguramente se
preguntarán por dónde empezar cuando se tiene poco tiempo, y ante
nuestros ojos está Sea World, Legoland California, o el célebre
zoológico de San Diego, pues nuestra recomendación, para un viaje de
esta naturaleza, es iniciar en el centro de la ciudad.
-Encontrarás un centro urbano lleno de
tiendas, boutiques, hoteles, restaurantes, galerías de arte y teatros
dignos de recorrerse a paso lento y detenerse especialmente en el
histórico sector Gaslamp Quarter pero también en el moderno centro
comercial de Horton Plaza.
-Y después de las compras nada como
dedicar la tarde a un viaje gastronómico. Para ello puedes explorar
alguno de sus vecindarios pues la Pequeña Italia, North Park, o East
Village, son epicentro de un interesante movimiento gastronómico y del
furor de la cerveza artesanal en la ciudad.
-Ya más tarde puedes disfrutar un
atardecer en la Bahía de la Misión de San Diego, y si su ánimo así lo
dicta, puedes alquilar tablas de surf, remo o kayaks, o la mera verdad,
solo sentarse a apreciar esta bella postal.
-Sigue tu viaje hacia el norte donde los
espera el bello escenario de La Jolla, que bien vale la una visita
simplemente para sentarse a tomar un café en alguna de sus sofisticadas
propuestas.
2.Vivir el ambiente de la capital del surf, Huntington Beach.
Después de una hora y media de camino
desde San Diego, llegamos al paraíso de los surfistas, Huntington
Beach. Este destino de playa vale la pena vivirlo y explorarlo al menos
durante un día completo para que se empapen del ambiente que su cultura
playera tiene que ofrecer.
Recorre el camino que bordea la costa
en forma curva, desde ahí podrán ir viendo si lo que les apetece es
tomar el sol, jugar voleibol o poner a prueba sus habilidades para el
surf. Si nunca te has subido a una tabla pues no hay problema,
es bastante entretenido ver cómo lo hace la gente. Quizás cuando se den
cuenta de que no todos son expertos y mucho menos de campeonato te
animarás a intentarlo.
Aunque hay que decirlo, aquí también
imperan los profesionales, no por nada Huntington Beach es sede del US
Open de Surf y recibe el sobrenombre de Surf City.
Cuenta con casi 13 kilómetros de costa, sus aguas acogen olas
consistentes y el ambiente es magnífico para disfrutar de una jornada en
la playa.
Fuera del agua hay ofertas muy variadas. El Museo Internacional del Surf es
muy recomendable, al igual que las hamburguesas y pubs que encontrarás a
lo largo de Main Street, muchos de los cuales tienen mesas sobre la
acera o plataformas que le permiten disfrutar de la fresca brisa del
mar.
Otro plan es cabalgar por el Parque
Central de Huntington, observar aves y explorar senderos en la Reserva
Ecológica de Bolsa Chica, un pantano recuperado y uno de los hábitats
costeros más vitales del sur de California.
3.Vibrar con el dinamismo de Los Ángeles.
A solo 35 minutos de Huntington Beach
aparece ante nuestros ojos la ciudad más grande del Estado de California
y la segunda más poblada de todo Estados Unidos. Abre tus ventanillas y
siente la brisa de Los Ángeles. Pensar en qué hacer a tu paso por esta
ciudad durante nuestro recorrido costero, sería muy desafiante porque
aquí la acción no para, así que te recomendamos ser precavido e ir
preparado para visitar algunos sitios imperdibles.
Desde luego si hablamos de imperdibles
pues puedes comenzar en la ciudad costera de Santa Mónica, donde te
espera una amplia playa y un muelle emblemático repleto de atracciones
que no podrás dejar de fotografiar. Al noreste encontrarás la legendaria
Beverly Hills, donde no será raro encontrarte con alguna celebridad
haciendo compras a lo largo de Rodeo Drive. Ya decidirás si bajas a
vivir este ambiente cargado de glamur o mejor lo desquitas en Hollywood
mientras recorres el Paseo de la Fama. Cualquiera de las dos opciones
son imperdibles en Los Ángeles al igual que recorrer el centro de la
ciudad, el cual ha resurgido gracias a atracciones como Grand Park, que
es un oasis urbano con vistas desde el Music Center hasta el
ayuntamiento de la ciudad.
Otro plan es acudir a algún espectáculo
musical, teatral o deportivo. Ten por seguro que siempre encontrarás
algo en el Staples Center y LA Live; y si se trata de deportes, pues
aquí mero está el único e inigualable Dodger Stadium.
No hay nada como despedirse de Los Ángeles con una visita a Universal Studios Hollywood, con juegos
temáticos de películas y recorridos por los sets de filmación. Mucho qué
hacer en esta dinámica ciudad, una sola visita no será suficiente pero
sin duda abrirá tu apetito por esta metrópoli llena de acción.
4. La romántica Santa Bárbara.
Hemos llegado al siguiente destino de
este paseo costero por el Estado de California. Se trata de la bella
Santa Bárbara. Desde Los Ángeles el trayecto es de 153 kilómetros, así
que te llevará una hora y media aproximadamente llegar hasta aquí. Y
quizás te preguntes qué es lo que hace que la gente o que nuestro
recorrido haya elegido a esta ciudad. Pues para que te des una idea, a
este destino también se le conoce como la Riviera Americana por su
espíritu mediterráneo.
Exactamente, seguimos impregnados del
glamur de Los Ángeles, pero ahora le agregamos un toque de romanticismo,
pues estamos ante una ciudad donde predomina arquitectura española
clásica que le otorga a la región un aspecto europeo muy chic.Un
elegante estilo que se ha convertido en el hito visual de la ciudad y
que además de todo goza de un clima soñado.
A esto hay que sumarle su buen ambiente
pues este pequeño poblado es hogar de la Universidad de Santa Bárbara,
lo que hace de esta ciudad un paraíso universitario que combina playa,
surf y unas vistas impresionantes. Y ya entrados en esto del romance
pues no dejen de dar un paseo por State Street. Aquí encontrarás
excelentes tiendas y restaurantes. Ya por la tarde puedes disfrutar de
un concierto al aire libre el Santa Bárbara Bowl. Lo mejor es disfrutar
de un atardecer en esta bella ciudad mientras pones a prueba tu paladar
con vinos californianos.
5. Degustar el fruto de las legendarias vendimias de la región, en el Valle de Santa Ynez.
Bienvenidos al Valle de Santa Ynez, a
solo 58 kilómetros de Santa Bárbara nos encontramos con esta región
emblemática de vino rodeada de niebla, sol y Pinot por doquier. Al
llegar a este punto disminuirás sin darte cuenta la velocidad del
automóvil para verlo todo y sentir el abrazo de una tierra de viñas
interminables; una experiencia única.
Fíjense que el Valle de Santa Ynez es
una de las regiones de cultivo de uva más diversas de Estados Unidos y
posee el clima ideal para las uvas de Chardonnay y Pinot Noir. Sin
embargo, al interior de esta región, se ubica Happy Canyon que gracias a
su soleado y caluroso clima, también ofrece variedades de Bordeaux como
Cabernet Franc y Merlot.
Pero para disfrutarlo todo, tu visita
puede comenzar en Sunstone Winery en Santa María. Tiene una fresca cava
de vinos, uvas cultivadas de manera sustentable y un espectacular
castillo de piedra caliza disponible para pasar la noche. Ya imaginarán
lo romántico que es, no por nada aquí en esta zona se filmó la película
Sideways.
Si de plano quieren ver pero también
probar un poco de todo, puedes comprar un pase de la Asociación del Vino
de Santa Ynez Valley, para probar y ahorrar en degustaciones de 15
bodegas participantes. Y como aquí lo que vale la pena es tomar mucho
vino, esta noche no se maneja, lo cual no es ningún problema porque la
oferta de hospedaje es diversa y adaptable a todos los bolsillos, ya sea
en Solvang, Los Olivos o Los Alamos.
Hoteles Bed and Breakfast, ranchos que reviven el Viejo Oeste y mucho más es lo que aquí encontrarán.
6.Conocer el Castillo de Hearst.
Seguimos por la carretera Uno que nos ha
conducido desde San Diego hasta el Valle de Santa Ynez. Desde este
punto y después de 175 kilómetros llegamos al Castillo de Hearst. Este
impresionante complejo se ubica en lo alto de una colina de la costa y
posee impresionantes vistas de 360 grados.
Es momento de estacionar el automóvil
para que a través de una visita guiada puedan disfrutar de este lugar. Estamos hablando de un
complejo, que fue diseñado por Julia Morgan como residencia privada del
periodista y magnate de la industria editorial William Randolph Hearst,
se terminó de construir en 1947 y es un templo dedicado a la opulencia y
el exceso. Así como lo oyen. Para que se den una idea del personaje en
cuestión, Orson Wells se inspiró en Hearst para su cinta el Ciudadano
Kane.
El espectáculo es alucinante: un
castillo con 165 habitaciones, 51 hectáreas de jardines fuentes y
piscinas al exterior e interior del edificio. La piscina externa lleva
por nombre Neptuno, mide 32 metros de largo y evoca a la antigua Grecia
con estatuas de mármol de Neptuno y las Nereidas custodiando este
paraíso acuático.
Y si levantas la vista lo que verás no
es menos impactante, mosaicos se extienden por todo el techo
y la cúpula, representando el cielo repleto de estrellas. La piscina
está rodeada de ocho esculturas de mármol: dioses, diosas y héroes
griegos y romanos, creadas por el artista italiano Carlo Freter.
Extravagancia por todas partes, es más
aquí se grabó recientemente un video de Lady Gaga, para que imaginen de
lo que estamos hablando, pero sea como, sea atrae a miles de turistas y
es sin duda una parada obligada.
7. Tomar fotografías del icónico Big Sur.
Acantilados, mar y cielo: el paraíso;
eso es Big Sur, nuestra siguiente parada de este extraordinario
recorrido en auto por la costa central del Estado de California, en los
Estados Unidos. Estamos en el lugar que, según el escritor Henry Miller,
le enseñó a decir Amén por primera vez, así que ya imaginarán la
belleza que rodea a esta franja de aproximadamente 145 kilómetros de
costa recortada por la niebla y rodeada por bosques de secuoyas.En Big
Sur no hay semáforos ni centros comerciales; es una zona de belleza
natural, encajonada entre la Sierra de Santa Lucía y el océano
Pacífico. Además, la costa de Big Sur es uno de los mejores lugares del
país para contemplar el cóndor de California, una especie amenazada.
Para explorarlo en toda su extensión no
hay nada como viajar en auto, admirando los paisajes que van apareciendo
a cada curva y es que aquí no hay límites específicos, pero la mejor
opción para fotografiarlo es través de miradores, en lugares como el
puente Bixby. Otra opción favorita para tomar fotografías es McWay
Falls, una cascada que cae a 21 metros desde los acantilados del mar a
una playa remota. Y una más es mientras comes una deliciosa hamburguesa
en la plataforma del restaurante Nepenthe, mientras disfrutas de una
puesta del sol que te conmoverá, una inmejorable forma de terminar la
visita por Big Sur.
Y para dormir pueden hacerlo el algún
campamento, en alguna cabaña rústica o incluso en un hotel exclusivo
como el Post Ranch Inn, que en serio los dejará con la boca abierta,
tiene una vista espectacular, para una perfecta Luna de Miel. Big Sur,
una experiencia que vale totalmente la pena al igual que la que nos
espera en nuestra siguiente parada de este recorrido en auto por la
costa central de California.
8. La romántica Carmel y la histórica Monterrey.
A solo 47 minutos de Big Sur llegamos a
la Península de Monterrey la cual está envuelta por el Pacífico y esto
la dota de bellas playas y caletas pero también de interesantes
atractivos. El primer punto que encontrarán es el artístico pueblo de
Carmel-by-the-Sea, mejor conocido como Carmel, se trata de una
encantadora villa junto al Mar que tuvo como alcalde ni más ni menos que
al actor Clint Eastwood.
Carmel fue fundada originalmente por
escritores y artistas para ser una comunidad dedicada al arte. Todavía
mantiene su estilo bohemio, pero hoy en día tiene, además galerías de
arte, restaurantes y boutiques de primera categoría.
Después de este recorrer sus calles vale
la pena que se tomen un tiempo para caminar por Playa Carmel o también
pueden acercarse a los acantilados azotados por las olas en Point Lobos
State Reserve.
Mientras avanzan en esta ruta de bellos
escenarios por la bahía, se encontrarán con todo un imperdible, el
mundialmente reconocido Acuario de la Bahía de Monterrey que resulta de
gran atractivo.
Y cómo no! aquí se exhiben más de 35,000
animales y plantas que representan a más de 550 especies, muchas de las
cuales son nativas de California, incluidas las nutrias de mar.
En los alrededores podrán encontrar
hoteles, tiendas y restaurantes, que anteriormente eran plantas
empacadoras de pescado, situadas a lo largo de la vibrante Cannery Row,
una calle que se hizo famosa gracias al Premio Nobel de Literatura, John
Steinbeck, quien tituló así a una de sus novelas en 1945.
Un autor obligado para este recorrido y
bueno, finalmente el último punto que vale la pena recorrer es Pacific
Grove, que se ubica al sur de la Península y posee senderos ideales para
recorrerlos en bicicleta para disfrutar de la brisa del mar. A su paso
se encontrarán con mansiones e increíbles campos de golf en Pebble
Beach.
9. La ciudad playera y también bohemia de Santa Cruz.
Después de recorrer 71 kilómetros desde
Monterrey, llegamos a Santa Cruz, una ciudad californiana que si bien
ofrece diversión para toda la familia su esencia está marcada por el
surf. Y no es para menos, fíjense que en este paradisiaco lugar se
introdujo por primera vez el deporte en California y los surfistas
profesionales saben que el lugar ideal es Steamer Lane.
Cerca de aquí vive el legendario
surfista Jack O’Neill, la mente detrás del imperio O’Neill, pionero del
traje de neopreno y estadista más veterano en todo lo relacionado con
surf en el Estado Dorado. Una buena alternativa es ir al centro de la
ciudad, lejos de las multitudes playeras, para recorrer Pacific Avenue
que ofrece muchas tiendas con un toque local, que incluyen la tienda
O’Neill’s. Aquí los surfistas, pero también los turistas pueden
encontrar shorts o bikinis ideales para practicar este deporte,
sandalias o trajes de neopreno. Aunque no le hagan al surf vale la pena
llevarse una creación del hijo favorito de la ciudad, que por cierto
sigue viviendo muy cerca de esta playa.
El ambiente bohemio se respira por la
ciudad, la librería independiente Santa Cruz está siempre llena de
gente. Muchas otras boutiques ofrecen arte, ropa y un ambiente bastante
relajado. Este pueblo playero ultra amable tiene, sin duda, doble
personalidad, porque también pueden encontrar diversión familiar en el
parque Santa Cruz Beach Boardwalk, con montañas rusas, juegos de feria, y
un carrusel histórico.
10. Se trata nada más y nada más ni menos que San Francisco.
Llegamos al último punto de nuestro
recorrido: la hermosa ciudad de San Francisco, California, donde una
maravilla del mundo moderno nos da la bienvenida, el Golden Gate. Al
igual que las grandes ciudades que tocamos en este recorrido en auto por
la Costa de California, como San Diego o Los Ángeles, pensar en
atractivos por ver en esta imponente ciudad resulta todo un desafío. Así
que nuestra recomendación es estacionar el coche y recorrer la “Ciudad
de la Bahía” a pie para después hacerlo a través de alguno de sus
singulares transportes públicos.
-Pueden empezar con un Paseo en Tranvía
que los llevará hasta el muelle 39 que obsequia vistas espectaculares y
sonidos de leones marinos que miran hacia la prisión de Alcatraz.
-Continúen después el paseo por el
Embarcadero hacia el Fisherman’s Wharf, donde no pueden dejar de probar
una clam chouder y recorran después el museo de ciencias y aprendizaje
Exploratorium.
-Una buena idea es subir a un teleférico
para sobrevolar la colina hacia las tiendas de lujo alrededor de la
agitada Union Square, con una parada para disfrutar pastelería italiana y
un cappuccino en Emporio Rulli.
-Cerca de allí, recorran la calle Maiden
Lane, flanqueada por boutiques y habilitada solo como peatonal durante
el día, momento en que las cafeterías instalan sus mesas y sillas
directamente en la calle.
–Al caer la noche
pueden recorrer Valencia Street en The Mission, un semillero que marca
tendencias con sus restaurantes y bares, además del delicioso helado
nocturno en Bi-Rite Ice Cream. Mucho que disfrutar en esta bellísima
ciudad, donde termina nuestro viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario