14 mayo 2014

Hola biquini, hola chancleta


Calor, chiringuitos, optimismo. Tras un invierno pasado por agua, llega el turno de las playas. Para disfrutar en el que algunos auguran será annus mirabilis turístico, incluimos una docena de arenales mayormente urbanizados desde los que el azul del mar atrapa completamente, sobre todo en estas semanas prevacacionales de mayo y junio. Y es que 42 millones de turistas internacionales —los que cada año disfrutan de nuestras playas (el 80% del total de viajes por ocio)— no pueden estar equivocados.

01 Dunas y enebros

LA BARROSA. CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ)



Playa de la Barrosa, en Chiclana de la Frontera (Cádiz). / GONZALO AZUMENDI
La conjunción de urbanismo y naturaleza es la riqueza de este playón tendido entre dos torres almenaras —Bermeja y del Puerco—, y cuya afluencia dependerá del sector en que despleguemos la toalla. La estructura de servicios concuerda con la ISO 14001, la Q de calidad turística y el distintivo Ecoplayas. La Barrosa se compone de un paseo marítimo de un kilómetro, seguido, a 300 metros de la orilla, de un pinar fijado sobre dunas. El complejo Novo Sancti Petri consta de hoteles de cuatro y cinco estrellas. A la altura del hotel Meliá toparemos con dunas fósiles, y más allá, en el campo de golf, con un green elevado sobre el rompiente.
Cuanto más cerca de la torre del Puerco, mayor relevancia cobra la naturaleza (los hoteles están retranqueados), entre dunas colonizadas con azucenas y lirios costeros y salvaguardadas con imponentes pasarelas.
El tono rojizo del acantilado arenífero del Cuaternario da nombre a La Barrosa; en su base crece el enebro costero, en peligro de extinción, uno de cuyos especímenes alcanza 700 metros cuadrados de superficie. Ver caer el sol aquí es un plus.

02 De villa en villa

PLAYAS DE BENICÀSSIM. CASTELLÓN

Benicàssim, a pie de playa, evoca nostalgia del pasado (www.benicassimbelleepoque.es). Una singularidad que viene determinada por el ritmo decorativo de las villas y jardines de principios del siglo XX que bucean en el eclecticismo arquitectónico. Del hotel El Palasiet (www.palasiet.com) no se tarda en bajar al Infierno, cuya toponimia evoca la conducta libertina de sus antiguos propietarios. Junto al hotel Voramar identificamos Villa con Torre y Villa Elisa, de ficus centenario, con cuyos verdes parece haberse pintado Villa Carpi. El equilibrio afrancesado de Villa Victoria bascula entre guirnaldas floridas y una verja descollante. Del barrio conocido por la Corte Celestial, no perderse Villa Solimar, apodada Villa de los Culos, al obligar la mojigatería de la época a girar las estatuas desnudas. El porqué de Villa El Barco es fácilmente deducible. La cafetería As Villa Sofía presume de paella. Aparte del folletoRuta de las Villas, en la oficina de turismo facilitan audioguías gratuitas (contra depósito de 50 euros). Bajarse también el MP3 en www.benicassim.org.

03 Una copa junto al faro

MASPALOMAS. SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA (GRAN CANARIA)



Arriba, las dunas de Maspalomas, al sur de la isla de Gran Canaria. / SABINE LUBENOW
En torno al segundo faro más alto de España (56 metros hasta su punto focal), que acaba de inaugurar restaurante, se concentran hoteles de altos servicios y sorprendentes spasque invitan al relajo. Este oasis grancanario integra tanto la charca como el palmeral (aquí dejaremos el coche), en cuyo centro de interpretación se analizan los ecosistemas de la reserva natural especial de las Dunas de Maspalomas, que se puede recorrer gratis en visita guiada (620 19 43 41).
Cuando llega la hora de comer, tienta el pescado fresco del restaurante El Velero (928 14 11 53). ¿Una copa, también cerca del faro? Que sea en el pub The 19th Hole.
A medio camino entre Playa del Inglés y el faro se encuentra la franja naturista. La zona homosexual, de ámbito europeo, presente en el sector 7, alcanzará su momento álgido en la Semana del Orgullo Gay (del 19 al 25 de mayo).

04 Paddle surf bajo el sol

LA CANALETA. PUNTA UMBRÍA (HUELVA)

La playa puntaumbrieña más oriental es gran escenario de convergencia entre la ribera del paraje natural Marismas del Odiel y la impetuosidad marina. Unión de ría y Atlántico que da lugar a un privilegiado ecosistema dunar señalado con fauna y flora autóctonas. La culpa de tanta arena fina y dorada, el dique: fija los aportes con tal efectividad que, de no ser por las pasarelas, sería agotador caminarlos. Decir La Canaleta es decir actividades deportivas y ambiente desenfadado (cerca está el albergue Inturjoven). Laescuela de vela Norax ofrece, no necesariamente a grupos, cursillos de kitesurf y paddle surf.
Hasta que abra el chiringuito-jaima Mosquito Club, con su programación cultural, nos contentaremos con disfrutar de este palco exclusivo a la puesta de sol, gracias a cuya posición saliente podremos columbrar hasta El Portil. Este fin de semana se celebra laXX Feria Nacional de la Gamba, la Chirla y el Boquerón de Punta Umbría.

05 Banco con vistas

PLAYA ROMANA. ALCOSSEBRE (CASTELLÓN)

Una de las joyas playeras mejor guardadas de Castellón. Al primer vistazo se apodera del ánimo del visitante el cordón dunar que, sobre una pasarela, nos conduce hasta la playa del Cargador. Su faz de urbanismo suave —en Alcossebre están prohibidas las construcciones que superen las tres plantas— en modo alguno acogota; su medio kilómetro de arena fina arranca encendidos elogios por su potencia visual, en especial desde el banco situado delante del restaurante El Mirador. El parque natural de la Sierra de Irta a lo lejos, y delante, familias disfrutando de los servicios que garantizan la bandera azul y las certificaciones ISO 9001 y 14001. Hay panel para lectores QR, a través del cual se difunde información playera.
Pero veníamos también a comer al restaurante Can Roig, situado a un kilómetro de distancia. Menús: paella o fideuá y postre, 25 euros; gastronómico, 55 euros (bebidas aparte).

06 Al socaire de la  tramontana

TAMARIU. PALAFRUGELL (GIRONA)



Un baño en las aguas verdiazules de la playa de Tamariu, en Palafrugell (Girona). / GONZALO AZUMENDI
Siempre desprende un especial sosiego esta maravilla de cala tachonada de pinos que proliferan en lugares inverosímiles. “Las montañas que a poniente cercan la bahía no caen verticales, sino que bajan suavemente, y la falda dibuja una ondulación que muere muellemente en las rocas basálticas”. Así lo describió Josep Pla. Aun urbanizada, Tamariu trae esencias de la Costa Brava: aguas verdiazules, algún tamariu (tamarindo), ausencia de trajín de pescadores al abrigo de la pertinaz tramontana. Esta bandera azul es playa de paso: por el camino de ronda GR-92 se alcanza en 25 minutos la barraca de pescadores de la cala Pedrosa, aunque siempre es una excelente opción navegar en kayak a la cueva d’en Gispert, para lo que no se requiere experiencia. Elhotel Tamariu aporta la mejor carta para comer. Si se trata de arreglarse con un menú de 13,75 euros, puede ser en el hotel Es Furió.

07 Zona joven

PLAYA DE LOS ÁLAMOS. TORREMOLINOS (MÁLAGA)

Lindando con la capital malagueña en una suerte de Far West torremolinense, la playa de los Álamos propone ocio músico-playero en una línea de costa sin urbanizar (todavía). De camino a ninguna parte, razón de lo sencillo del estacionamiento en una Costa del Sol donde dejar el vehículo adquiere tintes de epopeya.
En su zona acotada disfrutan kitesurfistas y algún paddlesurfista, pero la banda sonora la ponen, día y noche, locales ya muy consolidados.
“En Málaga no arranca el verano hasta que abre Laplaya Sumerclub", suele escucharse. Razones avalan a este local con 11 años a sus espaldas. Desde la programación de conciertos y sesiones de DJ, hasta sabrosas hamburguesas de ternera ecológica o wok de verdura; el relax pasa por probar los mojitos —black y clásico.
El Maracas muestra su sello personal en la agenda festiva. Los viernes priman las fiestas temáticas, y los jueves, las clases de salsa.

08 De entrada, arroz  del señorito

ARENAL-BOL. CALPE (ALICANTE)



El peñón de Ifach, en Calpe (Alicante). / RICHARD TAYLOR
Por notable que sea la anchura de su arena mullida y ligera, y por mucho que impresione su tono familiar, nada deja mayor impronta aquí que el peñón de Ifach. Lo mejor: disfrutarlo en junio entresemana, entre Calpe pueblo y el barrio del Borumbot, franja donde se concentra mayor cantidad de arena. A un paso, la arqueología tiene cabida en los Baños de la Reina Mora, en realidad viveros de la factoría romana de garum (siglos IV-V) tallados en roca viva. Todo lo documentan en el museo arqueológico calpino.
En el Morelló, buscar pequeños caracolillos o divisar pulpos es pura felicidad infantil. Hay solares a modo de aparcamientos gratuitos en la avenida de Europa. Pocos restaurantes como el histórico Baydalconsiguen despertar el gusto por el arròs del senyoret, todo pelado, plato estrella de la feria gastronómica que acontecerá en Calpe del 16 al 18 de mayo.

09 De la cueva al mar

CANYAMEL. CAPDEPERA (MALLORCA)



La playa de Canyamel, en Capdepera, al noreste de Mallorca. / STELLA
Se presenta como una inmejorable forma de combinar la excursión al noreste mallorquín con una playa de 300 metros de piedrecillas y arena gruesa, poco conocida y muchas veces relegada en favor de las cuevas de Artà. Los edificios no agobian a las familias, ni estrangulan una zona de baño espaciosa. Quizá lo más característico de Canyamel sea el torrente que drena los bosques aledaños. Del centro de interpretación de aves migratorias parte un ameno sendero.
El hotel Can Simoneta, de cuidada arquitectura y mejor gastronomía, cuenta con bajada privada por el acantilado. Para disfrutar de las sopas mallorquinas y la lechona, nada como la Torre de Canyamel, rodeada por una estructura amurallada que ponía a buen recaudo el canyamel (caña de azúcar) ante las razias de los corsarios.

10 Regalo para las familias

CANET D’EN BERENGUER. VALENCIA

Valencia muestra su imagen más familiar en este playazo tirado a cordel y mimado por el municipio, como denota la Q de calidad turística y las ISO 9001 y 14001. Fue además una de las primeras playas accesibles que hubo en la Comunidad Valenciana. Gracias a que la fiebre del ladrillo demoró su llegada, las construcciones son de perfil bajo y no agobian. En sus 80 metros de anchura prepondera el sistema dunar de copiosa microfauna en el que islotes de vegetación arenícola se ven rodeados por un cordón.
Que cuente con un hotel funcional muy a mano, el AGH Canet, redondea la elección. Disponemos asimismo de la terraza del restaurante Veles i Vent (962 60 70 83. Menú, 13,80 euros; fines de semana, 22). En julio se pone en marcha el programa de actividades gratuitas Depor Playa; sirva de aperitivo la Copa del Rey de triatlón que se disputará el 10 y 11 de mayo.

11 Wifi para todos

PLAYA DE LA ARENA. SANTIAGO DEL TEIDE (TENERIFE)

Su solvencia arenosa, entre tanta playa artificial como bulle en el sur tinerfeño, queda patente todo el año entre proyecciones de lava y delante de un palmeral. Atraen sus aguas limpias y profundas; sus puestas de sol con la vista puesta en La Gomera; la bandera azul que tremola ininterrumpidamente desde 1988, cuando no el negro semblante de la arena.
Abundan los servicios, entre los que destacan wifi gratuita y un helipuerto para urgencias médicas; a muchos bañistas escandinavos les recetan la arena como tratamiento contra el reúma y la artrosis. El restaurante Pancho acaba de cumplir medio siglo. Del atún al estilo mozárabe al cherne a la canaria. Menú degustación, 42 euros (sin bebidas).

12 Al pie del acantilado

MIAMI PLATJA. MONT-ROIG DEL CAMP (TARRAGONA)

Ejemplo de cómo del alto grado de urbanización y de masificación costera —realidades incontestables apenas se accede por la carretera nacional— pueden extraerse, en temporada media, interesantes expectativas playeras. Lo avala el acantilado integrado por caletas accesibles por escalinatas, algunas intercomunicadas, donde cualquiera puede abstraerse, tanto de los apartamentos familiares como de los cámpings. En coche se llega fácilmente a playa Cristal, el arenal más visitado de Miami Platja. Tiempo habrá de asolearse, pero es mejor apurar la tarde acercándonos al Centro Miró, alojado en la iglesia Vieja de Mont-Roig del Camp.
Fuente: http://elviajero.elpais.com/

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